El embarazo y el parto pueden ser de los procesos más hermosos en la vida de una mujer, y también los más complicados. Los cambios en el cuerpo durante el embarazo, desde la locura de las hormonas, que provoca cambios de humor y mayor elasticidad en las articulaciones, hasta el movimiento propio de los órganos debido al crecimiento del útero, y ni hablar del esfuerzo en los músculos pélvicos que exige el parto, pueden provocar cambios permanentes en el cuerpo de la mujer.

Algunos de estos cambios son benignos: quizá un rollito que no se va o un ensanchamiento de las caderas. Sin embargo, tanto el embarazo como el parto pueden afectar la salud de varias mujeres al debilitar el suelo pélvico, un componente esencial de la calidad de vida de las mujeres.

Prolapso del suelo pélvico: una condición común en varias mujeres

El prolapso de los órganos pélvicos ocurre cuando existe una debilidad en las estructuras del suelo pélvico, que permite que uno o más de uno de los órganos de la pelvis (útero, vejiga, intestino) se mueva hacia abajo, hacia las paredes de la vagina. Después del embarazo y el parto, el suelo pélvico queda debilitado, de acuerdo a Michelle Kenway, fisioterapeuta especializada en salud del piso pélvico.

Durante el embarazo, los cambios hormonales ablandan las estructuras del suelo pélvico, para hacerlas más elásticas y prepararlas para el parto. Esto, combinado con el peso del bebé, puede estirar y tensionar los músculos del piso pélvico, dando lugar a la posibilidad de que los órganos pélvicos se muevan de su posición normal.

El parto contribuye al prolapso, dado que muchas veces, durante el nacimiento del bebé, los músculos pélvicos de su madre se estiran muchísimo, a veces, más de lo que pueden. Esto puede terminar en un desgarro o daño a los nervios en el piso pélvico.

Estás en riesgo especial de daños si das a luz a un bebé muy grande, si ya tenías debilidad en el suelo pélvico antes del parto, si estar estreñida es para ti un problema diario, si tienes alguna enfermedad que te cause tos crónica, si das a luz a más de un bebé en el mismo trabajo de parto o si tienes sobrepeso u obesidad.

Los síntomas del prolapso después del parto

De acuerdo al servicio de salud de los Estados Unidos, un tercio de las mujeres sufre de este trastorno del suelo pélvico, que afecta en gran medida su calidad de vida, provocándoles desde incontinencia grave hasta dolor al tener relaciones sexuales. Según Kenway, puede haber varios síntomas según la gravedad del trastorno:

  • Sentir un bulto o protuberancia en la vagina
  • Sentir que arrastras algo pesado en la pelvis
  • Dolor en el vientre bajo o en la zona lumbar
  • Un bulto visible que sale de la vagina
  • Dificultad para insertar tampones y que se queden en su lugar

Vivir con prolapso no es sencillo. Carolyn Sayre, una escritora que sufrió de este incómodo trastorno después de dar a luz a su segundo hijo, habló de ello en un artículo para Self: «sentía como si estuviera constantemente sentada sobre un huevo». Con mucha valentía, escribió sobre los síntomas físicos que tuvo.

«Cada vez que levantaba a mi recién nacido o me agachaba en el suelo con mi niña de tres años, podía sentir que mis órganos se estaban saliendo de mi cuerpo. […] Todo el tiempo iba al baño, pero mi vejiga nunca se sentía vacía. Si estornudaba, me reía o simplemente me movía en un sentido equivocado, sufría incontinencia. Y, como muchas mujeres que sienten demasiada vergüenza como para buscar tratamiento, me sentía avergonzada.»

¿Cómo se trata el prolapso de los órganos pélvicos?

El tratamiento inmediato del desgarro del suelo pélvico después de un parto vaginal es muy similar al de cualquier desgarro muscular. En los primeros días después de haber dado a luz, debes descansar: evita estar de pie por mucho tiempo o sentarte sobre la zona del perineo, que se encontrará inflamada.

Para reducir la inflamación, el hielo es el tratamiento más extendido. Se puede usar en la forma de un pack de gel frío, pero nunca se lo debe aplicar directamente sobre la piel, siempre con una tela de por medio para separar.

El hielo, recomienda Kenway, puede ser aplicado en la parte exterior de la vagina en intervalos de 10 a 20 minutos. Para ayudar a que el hielo se mantenga en su lugar, se puede usar ropa interior que comprima la zona. Estos intervalos pueden ser repetidos durante todo el día, mientras la hinchazón persista. El perineo debe ser secado después de aplicar el hielo para evitar la humedad, especialmente si hay puntos de sutura.

Mientras el prolapso persista, se recomienda descansar con las piernas elevadas, especialmente hacia el final del día, cuando los síntomas se agravan por haber estado en posición vertical varias horas.

La clave para recuperarse de un prolapso son los ejercicios del suelo pélvico. Estos serán dirigidos por tu médico o por un fisioterapeuta entrenado. Podrás hacer algunos ejercicios en cualquier momento, por ejemplo, los de Kegel. Este tipo de ejercicios se basan en tensionar el suelo pélvico por algunos segundos y soltarlo. «Hacía […] ejercicios de Kegel sin parar, durante el desayuno, cuando manejaba, cuando me levantaba a medianoche a dar el pecho y mientras jugaba a Candy Land», cuenta, bromeando, Sayre.

El prolapso se puede contener con un pesario vaginal. Kenwway explica que este tipo de dispositivos se han utilizado desde hace un par de siglos para contener los órganos después de un prolapso. El pesario se coloca dentro de la vagina, y, si está bien colocado, la mujer no debería sentir que está allí. Puede venir en muchas formas y tamaños, dependiendo de las necesidades de cada mujer.

Por último, es importante manejar las condiciones que llevan a la incontinencia. De acuerdo a Kenway, se necesita llevar una dieta balanceada para mantener el ritmo del movimiento intestinal y evitar el estreñimiento. También es importante adoptar una técnica adecuada para ir al baño. Si sufres de tos crónica, deberías consultar con tu médico por maneras de controlarla.

¿Podré tener más hijos?

Muchas mujeres que tienen o tuvieron un prolapso se hacen esta pregunta, y la respuesta varía según cada caso. Tener un prolapso no afecta la fertilidad, aunque la facilidad para quedar embarazada se ve afectada según la gravedad del trastorno. Algunas mujeres con problemas del suelo pélvico encuentran que un embarazo más se les hace más incómodo. Muchas tienen más hijos sin dificultades.

Lo recomendable es que, si estás en duda y quieres tener más hijos, lo discutas con tu ginecólogo, que te podrá dar información personalizada basada en tu historia médica.

Tomado de: Vix.com

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